El oxicorte es una técnica muy extendida para diversas aplicaciones industriales, especialmente en la preparación de bordes de piezas para luego soldarlas, y para el corte de partes metálicas con gran espesor (siempre acero u otros materiales ferrosos). Los grosores que se manejan en el oxicorte no son aptos para ser cortados usando sierras radiales o sopletes normales.
Su nombre se debe a que el corte se realiza mediante una oxidación por una llama. Un gas actúa como gas combustible para la llama (propano, acetileno, hidrógeno, treteno, crileno,…) y otro gas actuará como comburente (siempre oxígeno).
Es decir, el oxicorte consta de dos etapas. En una primera, esos gases generan una llama que irá calentando el acero hasta temperaturas de unos 900ºC. En la segunda etapa, un chorro de oxígeno cortará el metal, ya que el oxígeno reacciona con el hierro y genera de óxido de hierro (óxido férrrico o Fe2O3). Y aquí es donde está la clave, ya que ese óxido férrico al tener una temperatura de fusión superior a la del acero, se va derritiendo en forma de chispas usándolo también como flujo tractor por la presión ejercida por el chorro de oxígeno (unos 6 Bar) para cortar el metal.
Para que eso sea posible, el soplete usado para el oxicorte tendrá dos conductos. Uno por el que circule el gas para la llama que calienta y otro para el corte por oxígeno. Pero del equipo necesario hablamos en el siguiente apartado…